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El Ser instintivo y el Ser volitivo

Para el Septrionismo solamente hay dos clases de seres humanos: los seres instintivos y los seres volitivos. El instintivo es el individuo que actúa por un principio emocional, por un principio sentimental, reaccionando instintivamente a los impulsos o motivaciones del medio exterior, sin poder evitar esta reacción que puede ser adversa para él.

El volitivo es un individuo que hace uso de su inteligencia para valorar las conveniencias de su comportamiento con el medio que le rodea y en razón de este plan de vivencia, él impone con su voluntad un control a sus reacciones y a sus expresiones y a sus decisiones. Entonces ya no es individuo que reacciona por emoción, sino que es un individuo que actúa por premeditación, por inteligencia, por conveniencia o por necesidad, pero jamás por emoción, por sentimiento o por reacción. El individuo que hace uso de su inteligencia es un individuo que planifica, puede planificar su futuro y por lo mismo puede cambiar su destino, puede cambiar las consecuencias de su vida.

El individuo instintivo, que reacciona emocionalmente, es un individuo que no puede cambiar su destino, vive la ley del karma, la ley de la causalidad, sin poder evitarlo, siempre es víctima de sus reacciones, de sus emociones.

Nosotros idealizamos como el comportamiento ideal, el desarrollo de la voluntad, el hombre volitivo. El que aspira a ser buen septriónico y el que aspira a ser un buen miembro de cualquier agrupación debe ser una persona volitiva, que cumpla lo que su voluntad determina, porque el humano volitivo es el hombre que lo que empieza, termina; lo que ofrece, cumple.

El hombre que no es volitivo, jamás termina lo que empieza, jamás cumple lo que ofrece y jamás se puede confiar en él, porque es como la rosa náutica, pues da vueltas por sobre el viento, nunca se sabe realmente qué se puede esperar de él.

Entonces, ser volitivo es la correcta actuación el miembro septriónico, si bien es cierto que puede codificarse o ya están codificados en las normas de todas las demás doctrinas.

(Shikry Gama, La correcta actuación del miembro septriónico, 1982)

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