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El Septrionismo y la Amazonía

Ponencia presentado al primer seminario regional del petróleo y al seminario sobre el plan de desarrollo del oriente – Año 1972

Prólogo

Recordar lo vivido es como volverlo a vivir lo vivido. Al conmemorar el trigésimo aniversario de fundación del Septrionismo vienen a mi memoria los sucesos del «Primer Centenario de Fundación de la ciudad de Iquitos» (21 de Septiembre de 1968) en cuyo histórico marco de celebración se inscribió la fundación de nuestro movimiento místico-filosófico «Brahamanismo-Lamaísmo de la Amazonía» que más tarde modificó su denominación al de «Septrionismo de la Amazonía».

Fueron años de intensa actividad cívica, cultural y espiritual. Nuestro local de la 2da cuadra de la calle Tacna se constituyó en la casa de la cultura de ese entonces, donde catedráticos, investigadores e intelectuales de la época disertaban sobre diversidad de temas de interés ciudadano.

Por ese entonces estabámos empeñados en hacer tomar conciencia a nuestros conciudadanos de la necesidad de asumir una identidad regional que desarrollara y potencializara nuestra voluntad de progreso regional, rechazando los denominativos de «charapas», «selváticos», «orientales» o «montañeces», proponiendo el gentilicio de «amazónicos» para todos los nacidos en esta región; y el de «Amazonía» para la región donde nace el río Amazonas. Esa fue la razón por la que nuestro movimiento cultural afirmaba ser de la «Amazonía».

El año de 1972 fue providencial para nuestro histórico destino. En el mes de febrero recibimos la invitación de la Comisión Organizadora del»Primer Seminario Regional del Petróleo». Conocedores de nuestros idearios regionalistas, nos solicitaron que presentaramos presentar una «ponencia» a en dicho seminario. Inexpertos en las lides políticas, inocentemente presentamos el original de la ponencia para conocimiento de la comisión organizadora, y paralelamente repartímos copias mimografiadas al mayor número posible de entidades y personas interesadas.

Qué desagradable impresión tuvimos al constatar que nuestra ponencia había sido vetada por las autoridades del entonces gobierno militar del Gral. Velasco; pero experimentamos también la gratísima sorpresa de ver cómo la Federación de Estudiantes Universitarios de la UNAP, tomó por la fuerza el aula magna de la universidad -donde se celebraba el Seminario- y en la voz de su presidente, el estudiante Claudio Inga, se leyó nuestra ponencia escuchándola todos los asistentes a ella, propagándose la noticia por toda la ciudad y el departamento.

El lector encontrará en las páginas de esta reedición el contenido auténtico de las ponencias presentadas ante el «Primer Seminario Regional del Petróleo» y la del «Seminario sobre el Plan de Desarrollo del Oriente».

Sirva el título del Seminario sobre el Plan de Desarrollo del Oriente, como evidencia del denominativo con el que se nos calificaba -por ese entonces- a los amazónicos de hoy.

Leyendo las mencionadas ponencias podrá constatarse la participación y la presencia que el Septrionismo tuvo y tendrá eternamente en el destino de la Amazonía.

Claudio J. Cedeño A.

PONENCIA PRESENTADA AL PRIMER SEMINARIO REGIONAL DEL PETRÓLEO

19 – 26 Febrero 1972

SIN REGIONALSIMO NO HAY NACIONALISMO

Ser regionalista es ser nacionalista porque la nacionalidad se fortifica y exalta su civismo en el amor al terruño, a la región. El que NO es regionalista NO ES nacionalista.

Claudio J. Cedeño A.

LLAMADO A LA UNIDAD AMAZONICA

El amazónico es un coloso que duerme cobijado con su inmenso y riquísimo manto verde. Nuestro coloso amazónico está tejido de infinidad de vías acuáticas cual si fuera su sistema sanguíneo en donde los vasos capilares aportan su savia hacia las venas y éstas hacia las arterias, hasta desembocar en la arteria madre. Pero he aquí que nuestro coloso lleno de vías no tiene aún un corazón. Las células que conforman su ser aún no han decidido laborar para crearle el corazón, para que tome vida, despierte y asombre al mundo.

Yo soy una célula que llama, cual trompeta de la resurrección, a sus demás compañeras para laborar unidas, sin politiquerías partidistas, sin egoísmos ni caudillismos, para CREAR EL CORAZÓN ORGÁNICO, MISTICO Y MORAL DE NUESTRO COLOSO AMAZONICO.

UNIOS AMAZONICOS, así como se unen las gotas de lluvia que esparcidas por nuestras Selvas van abrazándose las unas a las otras a través de los caños, quebradas, riachuelos  y ríos, hasta conformar su poderosa unidad en el torrentoso Amazonas, monarca solitario que golpea con su diestra la inmensidad del Atlántico.

No olvideís que el Amazonas no sería poderoso sin la unión bondadosa y armoniosa de los ríos y quebradas que dadivosas en pro de la madre acuosa le brindan su caudal para su grandeza. Así, amazónicos, uníos generosamente para hacernos grandes, fuertes y poderosos.

AMAZONICOS: UNAMONOS COMO UN SOLO HOMBRE, COMO  UN SOLO PENSAMIENTO Y UN SOLO SENTIMIENTO HASTA CONVERTIRNOS EN ESE COLOSO. YA NO EL COLOSO QUE DUERME SU SUEÑO CATALEPTICO ¡¡¡NO!!! CONVIRTAMONOS EN EL COLOSO QUE HACE DE SU MANTO VERDE UNA VELA CUAL SI FUERA UNA NAVE A TODO VIENTO QUE SURCA LAS FRONTERAS DE LA TIERRA.

(Tomado de : «Por el Progreso de la Amazonía» del Sr. Claudio J. Cedeño A.,  Set. 1969)

SEÑORES:

MIEMBROS DEL PRIMER SEMINARIO REGIONAL DEL PETROLEO.

CIUDAD.

Presentamos a ustedes nuestro saludo de Paz en la Luz Septriónica.

Como Fundador de los Centros Culturales Filosóficos Septriónicos de Iquitos, Lima, Huánuco y Pucallpa, quiero expresar mi profundo agradecimiento a la Comisión Organizadora de este «Primer Seminario Regional del Petróleo», por la bondad y gentileza de invitarme a participar y colaborar en el mismo, permitiéndome, con esto, cumplir con los fines de nuestra institución establecidos en el artículo 20° de nuestro Estatuto, que a la letra dice: …»propender al desarrollo económico y al progreso general de la localidad, recurriendo ante los Poderes del Estado si así lo exigiere el interés de la comunidad»…, ubicándonos -desde luego- en el campo de nuestra función filosófico-cultural y no en el de la política partidista.

Conscientes y convencidos de la importancia histórica que tiene para esta región el  «Primer Seminario Regional del Petróleo» y de la oportunidad que permite a los directivos y estudiosos del país conocer más de cerca la problemática de nuestra Amazonía, queremos presentar esta ponencia  con el exclusivo fin de mostrar a quienes integran este Seminario, las formas en que podrían aplicarse de inmediato y con prioridad sobre las demás, los beneficios económicos que deberían corresponder a nuestra Amazonía por la riqueza petrolífera que se extrae del subsuelo.

El grito nacional de …¡ Petróleo en Trompeteros!… sacudió de su letargo al hombre amazónico despertándolo bruscamente y revelándole un futuro promisorio. Este olvidado hombre amazónico que no conocía otros medios de supervivencia distintas a la cacería, la pesca, la recolección de la flora, la explotación maderera y el comercio de intercambio nacional e internacional que no beneficiaba más que a ciertos sectores sociales, y que, en conjunto, no aportaba más que una rutinaria y vegetativa existencia; se irguió optimista ante el eufórico grito de triunfo  que brotó al unísono de las gargantas peruanas como el anuncio de las trompetas de la resurreción económica y social. Si los de la costa y la sierra vibraron de civismo patrio ante la bondad de la selvática madre naturaleza, que en los momentos aciagos ofrecía generosamente la riqueza de sus entrañas como madre condoliente y comprensiva de las tribulaciones de sus hijos; los amazónicos no tenemos palabras para expresar los contradictorios sentimientos de exaltación y de felicidad estrangulados al nacer por la desconcertante noticia de que el petróleo de su terruño beneficiará a otras regiones antes que a la suya, convirtiéndose este grito jubiloso en gestos de frustración e impotencia en vista de que la alegría que emanaba de los pechos amazónicos que festejaban con alborozo el sentimiento nacional unidos como una sola conciencia cívica, fuera abofeteada implacablemente por la realidad centralista de la nacionalidad que los marginaba -como antaño- a su selvática condición de «chunchos amazónicos» que aún no tienen el derecho cívico de los beneficios por igual de todos los peruanos.

No es nuestra intención censurar ni criticar al actual gobierno, porque comprendemos que ellos han mostrado su voluntad revolucionaria de transformación de las viejas estructuras que han impedido el normal progreso de todos los peruanos, pero que carga nuestro pasado legislativo lleno de tantos errores y de tantas injusticias. Por eso queremos aprovechar de esta histórica reunión para ofrecer nuestras opiniones que no tienen más interés que el de beneficiar a nuestra región, a nuestro pueblo, y, por ende, al país, en la creencia cierta de que ese es el aporte cívico que el actual gobierno espera de los peruanos que verdaderamente aman tanto a su patria como al hombre mismo.

«SIN REGIONALISMO NO HAY NACIONALISMO»

El sagrado sentimiento cívico de la nacionalidad tiene su origen histórico, étnico y social en el apego al derecho de propiedad que los seres humanos adquieren por el terruño donde nacen, habitan y trabajan para su subsistencia. Los habitantes de una región se identifican con los de otra región por las similitudes idiomáticas, costumbristas e idealistas que unidas constituyen una nación. Derecho de conformación conquistado con sangrientos esfuerzos que al fin se plasman en realidad con la independencia nacional.

La peruanidad -en este caso- se inició en esa gesta libertaria que aún no ha terminado como bien han reconocido muchos pensadores y que tan claramente, expone el actual gobierno al anunciar en sus postulados que…»el Perú debe ser para todos los peruanos y no para unos cuantos peruanos».

Esta misma realidad y esta misma odisea incumbe a los loretanos, a los amazónicos, ya que hablamos a nivel regional de los pueblos de la hoya amazónica, porque nosotros deseamos también saborear el dulzor de la justicia del actual gobierno al pedir nuestros derechos regionales. Ser regionalistas es ser nacionalistas, porque la nacionalidad se fortifica y exalta su civismo en el amor al terruño, a la región. EL QUE NO ES REGIONALISTA NO ES NACIONALISTA. Sólo así se hará una realidad la descentralización del gobierno peruano.

¿Cuál es el hombre o el padre que habiendo visto nacer en el traspatio de su hogar un árbol que dará frutos para alimentar a los suyos, y que habiendo protegido ese árbol con su vigilancia durante mucho tiempo para que nadie lo maltratase, permitiría -en un momento dado- que alguien venga a llevarse los frutos de su árbol, privando a los suyos de lo que atesoró?

¿Cuál es -entonces- el ciudadano que habiendo encontrado en su terruño la fuente de riqueza, de su sustento, de trabajo y de progreso de los suyos, no velará y defenderá sus derechos contra quienes intentan desposeerlo?

No ignoramos que el sistema de gobierno centralizado, a más de ser un obstáculo para el progreso de la nación, es -en realidad también- uno de los impedimentos administrativos que dificulta la transformación inmediata de las viejas estructuras que este gobierno desea modificar, viéndose impedido de canalizar sus buenas intenciones para con la patria.

Tampoco ignoramos que en este caso del petróleo que estamos tratando, los factores técnico-industrializables determinan la necesidad del traslado de los hidrocarburos a la costa para que su procesamiento rinda mayores beneficios al país; porque comprendemos que las factibilidades de procesamiento en la región son de dudosas perspectivas de un máximo aprovechamiento, pero, identificados plenamente con la política del actual gobierno que propugna en uno de sus acápites que..»el extranjero no debe usufructuar unilateralmente de nuestras riquezas naturales..», así mismo, creemos los peruanos de esta región que esta fórmula nacionalista debe aplicarse a la política interna contemplando que la nación no reciba los beneficios centralísticamente, marginando a las zonas regionales de su sagrado derecho.

Por eso creemos que la protección a las riquezas naturales, agropecuarias y a la industria y comercio departamental es la única vía de descentralización administrativa del gobierno; y creemos que así se beneficiará -tal como lo predica el actual gobierno- toda la peruanidad.

Consideramos que los proféticos pensamientos de que la Amazonía será la despensa del futuro sólo pueden constituirse en realidad cuando los empresarios estatales -gobernantes- sean como los visionarios que conocen anticipadamente que es necesario invertir capitales -como partidas de pérdidas iniciales- para preparar un medio-ambiente con el fin de recuperar -más tarde- lo perdido y obtener, posteriormente, pingües ganancias, es decir, consideramos que el gobierno debe determinar partidas económicas de riesgo que sirvan para la preparación del ambiente de desarrollo en la Amazonía como presupuesto de pérdidas para recuperación a largo plazo, de tal manera que esta región encuentre respaldo efectivo y práctico en sus intentos agropecuarios e industriales.

Y consideramos que bien podríamos obtener  este respaldo financiero con la participación de los beneficios de nuestro petróleo amazónico. Antes no nos atrevíamos a solicitar estas inversiones estatales porque teníamos conciencia de que éramos una especie de elefante blanco para el erario nacional, y nuestra dignidad nos mantuvo estoicos ante la adversidad, porque deseábamos NO SER  señalados despectivamente por el resto de nuestros compatriotas como lastre que impide el progreso de su región.

Pero ahora nuestra realidad ha cambiado. El petróleo del subsuelo amazónico nos coloca ya no en el pensamiento de futura despensa, sino en la realidad presente de ser la actual riqueza del país, y eso nos fortalece para reclamar nuestros derechos que bien los necesitamos para poder, más tarde, servir de mayor apoyo al país, con el desarrollo complementario de la explotación de nuestras inmensas riquezas naturales que nos permitirán colaborar en la solución de las necesidades nacionales sin sentirnos afectados por esa colaboración.

Creemos así mismo que el devenir histórico nos dará el derecho exclusivo de los beneficios de nuestras fuentes de riquezas que redundará en este beneficio y progreso nacional que anhelamos y que mientras esto suceda se nos debe conceder en el presente una participación de los beneficios de nuestra riqueza petrolífera que debe ser determinada con la dación de una ley que grave con un impuesto no menor del 10 % por barril de petróleo que se extraiga, cuidando de que no afecte los compromisos con la deuda externa ni con las necesidades del gobierno central, para incrementar -con esta recaudación- los programas de creación de organismos de desarrollo regional, promotores, financiadores y auspiciadores del progreso, así como la capacitación y preparación de nuestros profesionales y técnicos.

NECESIDADES INMEDIATAS QUE DEBEN SER SOLUCIONADAS CON ESTE BENEFICIO ECONOMICO:

Teniendo en cuenta la complejidad de los problemas que afligen   a nuestros pueblos y de que no es posible solucionarlos a corto plazo, permítasenos proponer las acciones que consideramos de vital urgencia y que dividiremos en dos grupos:

  • Obras públicas
  • Programas socio-educativos
  • OBRAS PUBLICAS

Expondremos en orden de prioridad, las siguientes:

 ENERGIA ELECTRICA

Sin electricidad no hay progreso social ni industrial, ni cultural, ni comercial. La ciudad de Iquitos cuenta con un total de 4.500 Kw. de potencial eléctrico, siendo sus necesidades presentes de 10.000 Kw. Sabemos que las plantas de generación eléctrica están trabajando a toda marcha y que de seguir en ese ritmo de presión hay peligro de que a seis meses vistas nos quedamos sin servicio eficiente. Para nosotros, esto no es ninguna sorpresa porque todos los días sufrimos interrupciones del fluido eléctrico. Si unimos a esta realidad presente el estudio progresivo de nuestras necesidades, dentro de diez años nuestra ciudad necesitará de 30.000 Kw. aproximadamente. Sabemos, así mismo, que a pesar de la deficiente energía que se brinda al pueblo, la empresa eléctrica recauda aproximadamente un millón de soles de utilidad, y que si se dispusiera de mayor potencial, los ingresos, lógicamente, serían mucho mayores. Creemos, entonces, que las factibilidades de instalación de una planta de 30.000 Kw. en Iquitos sería realizable a cortísimo plazo con un poco de más interés por parte del gobierno central. En caso contrario, consideramos muy conveniente que se entregue la solución de este problema al sector privado de la ciudad que, con un sistema corporativo podríamos los iquiteños, velar por la solución de nuestro problema y hacer participar a la ciudadanía tanto de las responsabilidades para solucionarlo como de los beneficios que simultáneamente conllevaría la solución.

La ciudad de Pucallpa -siendo prácticamente la capital industrial de nuestro departamento- carece de energía eléctrica, obstaculizando con esto, su elemental desarrollo de progreso. Consideramos que es de imperiosa urgencia la instalación de un servicio eléctrico de un mínimo de 4.000 Kw de tal manera que se garantice el impulso de su pujante industria que tanto beneficia a la capital.

Existen otras poblaciones de más de 1.000 habitantes en nuestra Amazonía que se encuentran en completo desamparo y que esperan angustiosamente que la buena nueva de la riqueza petrolífera se transforme en ayuda concreta de energía eléctrica para ellos.

AGUA POTABLE

¿Quién es el iquiteño que no haya experimentado el desagradable momento de la suspensión del servicio de agua durante su indispensable baño diario? ¿Cuál es la impresión y la opinión que esto produce en los que nos visitan? Es indiscutible que el actual servicio de agua potable no abastece ni a la mitad de las necesidades de la población.

En una zona como la nuestra, que a más de estar rodeada de agua por todas partes, con los agravantes de estar en la ribera del río más caudaloso del mundo y de recibir el azote de uno de los más elevados índices de pluviosidad de la tierra, no se justifica que seamos víctimas de un mal servicio de agua potable. Sabemos que se han determinado las partidas correspondientes para las ampliaciones, y queremos pensar que circunstancias involuntarias han impedido la solución de este gravísimo e irrisorio problema, ya que no deseamos creer que hubo indiferencia de parte de las autoridades competentes.

¿Quién es el ciudadano peruano que no haya sufrido un fuerte impacto de desconcierto al comprobar que Pucallpa – la capital industrial de Loreto – carece de agua potable? ¿Y qué opinión le merece a los ciudadanos peruanos el hecho de que en pleno siglo XX en Pucallpa se compre el agua en latas a precio de necesidad, para bañarse? Nuestros hermanos pucallpinos necesitan urgentemente la instalación de una red completa de agua  y desagüe que garantice la salubridad y el bienestar de su habitantes.

OBRAS PORTUARIAS

Sabemos que el actual gobierno tiene aprobadas las partidas para las obras de ampliación del muelle de Iquitos y la construcción del muelle de Pucallpa. Aplaudimos jubilosamente esta decisión porque la carencia de un muelle en nuestra ciudad de Pucallpa viene perjudicando grandemente el intercambio comercial entre Iquitos y Pucallpa determinándose con ello muchas  veces la  escasez  de  alimentos en nuestra ciudad,  por

dificultades de embarque de los productos traídos de la costa y de la sierra, lesionando a los transportistas fluviales y terrestres que laboran en la ruta inter-regional de Lima – Pucallpa – Iquitos.

También nuestro muelle de Iquitos, es insuficiente para las exigencias portuarias del presente, ojalá que esta decisión de nuestro gobierno se haga realidad a corto plazo.

PLAN URBANISTICO PARA PUCALLPA

En la vida cívica del Perú, la Plaza de Armas constituye el estímulo patriótico del mas ínfimo conglomerado de ciudadanos. De ahí parte la planificación urbanística de toda ciudad peruana, y parece que ahí se constituye la categoría de ciudad. ¿Puede ser Pucallpa una ciudad peruana si no tiene una Plaza de Armas?

RED DE COMUNICACIONES TERRESTRES

Siempre hemos considerado como lo más efectivo y conveniente para la selva la comunicación ferroviaria entre los pueblos, porque a más de significar menores costos de inversión, permitiría a los colonizadores de las márgenes de las vías obtener una fuente de riqueza inmediata en la venta de la leña para el combustible de las locomotoras, a la vez que irían transformando esas tierras en zonas ganaderas y agrícolas, tal como sucedió en los principios colonizadores de la hoya amazónica con las lanchas a vapor. Pero, conociendo que el nefasto acuerdo con los ensambladores de automotores anuló el mantenimiento y desarrollo del sistema ferroviario en el Perú, resignados con este impase festejamos con verdadero entusiasmo la feliz iniciativa de la V Región Militar que -pese a los inumerables obstáculos- viene trabajando por abrir carreteras que comuniquen a nuestra ciudad de Iquitos con Nauta y  las zonas más aprovechables de nuestra Amazonía, así como otros planes carreteables que se están desarrollando en toda la selva.

Queremos hacer llegar al gobierno -por intermedio de la V Región Militar- nuestro voto de aplauso y deseos de que no cejen en su empeño de abrir las vías de penetración a la selva profunda porque ahí nos están esperando mayores riquezas minerales y forestales, escondidas en el follaje de este trozo de tierra peruana, como demostración incontrovertible de que los Incas no se equivocaron cuando decían que «El Dorado» estaba en la selva.

PROGRAMAS  SOCIO-EDUCATIVOS

CREACION DE LA FACULTAD DE PETRO-QUIMICA EN LA UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA PERUANA

Así como el petróleo peruano exige la preparación de especialistas nacionales, de la misma manera el petróleo loretano necesita la preparación de técnicos regionales que se beneficien con una nueva profesión que les permitirá mejores opciones laborales para trabajar por el progreso de su propia región, utilizando los medios objetivos y prácticos de la enseñanza que se puede dar a los alumnos-trabajadores en las dependencias petrolíferas. La proyección nacional de esta Facultad de Petro-química en la UNAP es de inimaginables alcances, por lo que consideramos que su solo enunciado es la mejor y mas sólida fundamentación de la necesidad de su creación.

CREACION Y ORGANIZACION DE LAS COLONIAS  AGROPECUARIAS

La agricultura, la ganadería, la avicultura, la piscicultura, la domesticación de especies regionales comercializables y la explotación de las infinitas reservas forestales son -al igual que el petróleo y otras fuentes mineras- las verdaderas riquezas con que cuenta la región y el país. La evolución económica y social de un pueblo no está en el incremento directo de las actividades comerciales, sino más bién está única y exclusivamente en las actividades agropecuarias y de transformación industrial. El comercio no es más que la forma de hacer efectivo en riqueza monetaria, la producción agropecuaria y la extracción y transformación de las materias primas.

La Facultad de Agronomía de la UNAP, en su afán de colaborar con el progreso regional, prepara profesionales que, al egresar, no encuentran formas privadas de aplicar sus conocimientos, por falta de financiación económica y por falta de empresas que puedan ofrecerles compensaciones honorables a su condición profesional, ocasionando esta circunstancia, el grave problema del engrosamiento de la burocracia administrativa del Ministerio de Agricultura y el éxodo de profesionales al extranjero, como únicas soluciones a sus anhelos de superación.

Consideramos que las actividades profesionales que no aportan producción económica al estado, antes de ser solución a los problemas, se constituyen -por el contrario- en agravantes de los mismos porque  convertirán a los profesionales en una onerosa carga económica para el presupuesto nacional, de ahí que consideramos que los agrónomos deben ser -precisamente- los agricultores que incrementen la producción del agro y de las divisas de exportación, como en todos los demás países del mundo, y no esa carga inútil de oficinistas improductivos.

La característica de ser pueblos «cazadores y recolectores», y no criadores ni agricultores ha sido el factor determinante para el atraso del desarrollo amazónico. Por eso, la Facultad de Agronomía fue -desde su creación- la esperanza transformadora de esta nefasta mentalidad, pero, por los factores enumerados, y por falta de toma de conciencia de que el agrónomo debe ser el que trabaje la tierra y no el que está sentado detrás de un escritorio; esta esperanza sigue aprisionada en la caja de Pandora.

Como la agronomía y sus soldados necesitan una preparación científica y práctica, más las herramientas apropiadas para enfrentarse al medio ambiente amazónico y transformarlo en una floreciente fuente de riqueza, queremos exponer un programa de estudios, producción y colonización de la selva, que tendría como fundamento y objetivo los siguientes puntos:

La Facultad de Agronomía de la UNAP deberá realizar una labor integral que redunde en verdadera transformación de la mentalidad y del medio ambiente amazónico. Deberá capacitar teóricamente a sus ingenieros a la vez que introducirlos e integrarlos a la producción directa del agro, a través de la creación y organización de COLONIAS AGROPECUARIAS que, cumpliendo en un principio con los estudios-producción, sean finalmente vendidas y entregadas -estas colonias- a promociones egresantes que se convertirán en co-propietarios  de estas colonias pagando a largo plazo con la comercialización o intercambio de su producción.

¿Cómo funcionaría?, imaginemos que la UNAP establecería dos etapas de estudios. En la primera etapa se impartirían enseñanzas de las teorías generales. En la segunda se programaría los estudios-producción en el sitio donde se constituirían las colonias. En una tercera etapa se ofrecería a los estudiantes, la opción de compra-venta de la colonia, debiendo ellos constituirse en una asociación que formalmente garantice el pago de toda la infraestructura.

Con asesoría de las autoridades correspondientes, la UNAP estudiaría la ubicación de los terrenos para las colonias, planificando desarrollar una estratégica política colonizadora que garantice el desarrollo de nuestras fronteras y demás áreas de expansión urbana que el progreso de los pueblos amazónicos requiera. Gestionaría ante los organismos competentes el financiamiento para la construcción de los complejos agropecuarios, equipándolos con toda la infraestructura para los estudios-producción, incluyendo  vivienda con todas las comodidades para que estas colonias serían el punto de partida para el asentamiento de nuevos pueblos en zonas aptas para el desarrollo de la Amazonía.

Los estudiantes estudiarían y trabajarían  preparando y acondicionando el terreno a las necesidades del proyecto. constituyéndose los estudiantes en los obreros autogestionarios de su futura empresa. Todos estos costos y gastos de inversión deberían acumularse como fondos del financiamiento que -a largo plazo- serían transferidos en venta a los estudiantes egresados, convirtiéndoles en co-propietarios.

La producción resultante del estudio-producción de la colonia, debería distribuirse en:

Pago-motivador del estudiante, con la finalidad de estimular el apego al trabajo remunerado y habituarlos al cumplimiento de los compromisos adquiridos, al mismo tiempo que se ayuda a subvenir sus necesidades básicas.

El estudio-producción debería generar dividendos para garantizar el mantenimiento del programa y, un porcentaje de las utilidades debería acumularse en un fondo destinado a la amortización anticipada de la deuda que, el estudiante colono aportaría como arras del compromiso de compra-venta de la colonia.

Al concluir el ciclo de estudios, en un acto formal, debería suscribirse el convenio de compra venta haciéndose entrega a la «Colonia» la promesa de venta que a su cancelación debería entregarse el título de propiedad.

Estas Colonias Agropecuarias deberían convertirse en los centros pilotos de orientación y enseñanza agropecuaria de las poblaciones circundantes. Igualmente deberían cumplir la estratégica función de ser las fronteras vivas que se encarguen de vigilar y proteger nuestro territorio patrio.

Consideramos que con los dividendos que el petróleo puede y debe aportar, bien puede canalizarse la realización de este  programa como paso trascendental para la colonización y el desarrollo de la Amazonía.

MANTENIMIENTO Y AMPLIACION DE LA FACULTAD DE QUIMICA DE LA UNAP

La química  igual que la física y la electrónica son las ciencias que han permitido el avance  tecnológico de este siglo.

Nuestra región y el país entero son venero de inmensas reservas naturales, que sólo con el sabio aporte de los procesos químicos podrán convertirse en riqueza monetaria, fuente de trabajo y, en general, en progreso socio-económico.

La Facultad de Química de la UNAP necesita de mayor respaldo técnico, mayores y mejores campos experimentales y de programas de realización industrializable que, al igual que en el caso de las Colonias Agropecuarias aseguren -a la región- la ocupación de los profesionales que egresen, de tal manera que no suceda lo que en el presente está sucediendo, que estos jóvenes no tienen en qué aplicar sus conocimientos, no por falta de iniciativa sino por la misma falta de opciones laborales, de ambientes industriales y del impulso progresista financiado y auspiciado por las empresas privadas y por el estado, que es -a fin de cuentas- donde va a parar la mayor parte del esfuerzo popular.

Creemos que la Facultad de Química antes de ser eliminada de la UNAP debe ser doblemente auspiciada, de tal manera que nuestros profesionales puedan convertir en riqueza industrial y comercial los inimaginables recursos químicos de nuestra Amazonía.

Consideramos también que, siendo la explotación de los derivados del petróleo una fuente más provechosa que la de elaborar los tradicionales combustibles; deben integrarse a la región las actividades industriales de química y petro-química de los derivados, de tal manera que nuestros profesionales encuentren trabajo que, de hecho, beneficiarán a la región y al país.

CREACION DE UN DEPARTAMENTO DE BROMATOLOGÍA

Como un organismo complementario e indispensable para la planificación positiva del agro y la industria de nuestra Amazonía, entendemos que es de vital importancia, los estudios bromatológicos que se hagan de nuestra flora y fauna, para que mediante esta selección científica de las más convenientes materias primas de explotación nos evitemos el azar de las empíricas experiencias particulares que, al fracasar en sus intentos, ahuyentan a los inversionistas y trabajadores.

No dudamos de que esta ponencia tendrá una amplia y total acogida por parte del «Primer Seminario Regional de Petróleo», porque su único y exclusivo propósito es indicar que la recaudación del canon de gravamen que sugerimos por barril de petróleo que se extraiga y traslade hacia los centros de procesamiento, respalden y financien estos programas de obras públicas y de capacitación técnica y profesional de nuestras juventudes que, no dudamos, redundará en progreso agropecuario, industrial y comercial de la Amazonía, como también en la evolución socio-económica y cultural de nuestro pueblo.

Por eso estimamos que la creación de los Organismos de Desarrollo Económico para el progreso amazónico dependen de la visionaria voluntad de los dirigentes y gobernantes de Perú, para que este anhelo amazónico se convierta -a corto plazo- en realidad.

Sabremos apreciar y corresponder con patriótica gratitud la acogida que merezca la presente ponencia que depositamos en el Altar de la Patria a nombre de la Amazonía Peruana.

Señores de toda mi consideración,

Claudio J. Cedeño Araujo

Iquitos, Capital Cultural de la Amazonía Peruana, 19 al 26 de Febrero de 1972

PONENCIA PRESENTADA AL SEMINARIO SOBRE EL PLAN DE DESARROLLO DEL ORIENTE – 1972

Señor:

MINISTRO DE INDUSTRIA Y COMERCIO.

Señores Miembros del SEMINARIO SOBRE EL PLAN DE DESARROLLO DEL ORIENTE.

Presentes

Cuando supimos de los objetivos de este seminario y, fuimos invitados a participar en él, sentimos un gran júbilo porque nos permitían con ello aportar nuestro granito de arena en la elaboración de las estructuras económicas de nuestra querida Amazonía.

Muchos se preguntarán ¿qué tiene que hacer una institución mística-filosófica y cultural como el Septrionismo en los problemas socio-económicos de nuestra región?, puesto que éstos son de competencia de los especialistas en economía, planificación, etc., y que son los organismos entendidos y autorizados para dar soluciones a nuestros problemas.

Creemos los Septriónicos que para la solución de los problemas de nuestro pueblo deben participar las fuerzas vivas de la civilidad -tal como lo expresan los postulados de la política revolucionaria del actual gobierno- y las instituciones son parte esencial de las fuerzas vivas del pueblo, porque  la razón de la existencia de ellas obedece justamente, a su voluntad de servicio a la comunidad.

Consideramos que en la planificación de cualquier lugar es de vital importancia la toma de conciencia cultural que fortifique y estimule el progreso en todos los órdenes de las necesidades de ese pueblo.

Nuestra institución, desde su fundación, aportó algo verdaderamente propio, algo que ninguna otra región del país lo tiene, y que -ni siquiera- otro país americano lo tuvo: una filosofía que esboza todos los aspectos circundantes al ser humano, los caminos a seguir, la mística que los fortifique ante la adversidad de cualquier empresa, y las pautas de una planificación positiva a los intereses de la región misma. Filosofía que existe aun cuando son muchos los peruanos que se empecinan en ignorar su existencia, y que hace entrega a la peruanidad de sus planteamientos como una cultura propiamente peruana. Nuestra institución – mucho antes de que el actual gobierno asumiera el poder – estuvo estudiando y planificando el progreso de nuestra Amazonía, de acuerdo a las factibilidades del terreno y del material humano de esta región, considerando los pros y los contras, y eliminando aquellos programas que quizás en otras regiones sean viables pero que dadas las específicas condiciones de nuestro suelo y de la idiosincrasia  de nuestros coterráneos, se corre el peligro de fracasar como ya se ha visto en otros intentos efectuados.

Ya en el mes de enero de 1969 presentamos a la Cámara de Comercio de Iquitos una exposición en la cual preveníamos a los comerciantes e industriales de Iquitos sobre las transformaciones y difíciles situaciones que se avecinaban a nuestra región. Para desgracia de la Amazonía no fuimos escuchados ni atendidos.

En distintas oportunidades emitimos opiniones a través de artículos que quizás por tratarse de la voz de una institución filosófico-cultural y no política, tampoco merecieron la debida atención, impidiendo con ello aportar nuestro desinteresado servicio a la región.

Ultimamente, conscientes de la misión que nos corresponde en el destino histórico de la Amazonía, quisimos participar con dignidad loretana ante el  Primer Seminario Regional del Petróleo, pero obstaculizados por aquéllos que piensan que lo foráneo es mejor que lo regional, se vio nuestra ponencia en la necesidad involuntaria de nuestra parte de hacerse escuchar por la fuerza de la conciencia popular, pese a la resistencia de no otorgar a nuestras instituciones regionales el valor cívico que les corresponde.

Por eso volvemos hoy a presentarnos ante los loretanos y peruanos en general, porque estamos convencidos – como el actual gobierno – de que es necesario transformar la mentalidad de los nuestros, porque si hoy un regional rechaza a los suyos para dar más valor a los de otra región, mañana – por una proyección psicológica – será lógico que el peruano prefiera lo extranjero a lo nacional.

 La nacionalidad nace en el regionalismo. Y nuestra filosofía es regional y por lo tanto nacional, sin influencias conceptuales exteriores a la espiritualidad misma del ser.

Nuestros verdaderos objetivos son espirituales, pero estamos convencidos de que ni Dios mismo puede ser justo si pretende exigir una conducta de perfección moral a quienes tienen hambre, ignorancia, desamparo, olvido y padecen miseria económica. Por eso nos preocupamos de planificar la solución de los problemas socio-económicas del hombre, cosa que más tarde – cuando estos sean equilibrados – podamos exigirle un comportamiento ejemplar, de acuerdo a nuestros idearios. Nuestro lema es: SERVIR A DIOS, y en la tierra no se puede servir a Dios sin servir al hombre que es su representación viva, y para servir al hombre hay que colaborar por su bienestar no solamente espiritual sino también material porque de su situación socio-económico depende su evolución pensante, moral y cívica.

¿Quién ignora los graves problemas que afligen a nuestro pueblo de la Amazonía? Creo que desde que tuvimos uso de razón venimos escuchando las denuncias de cada uno de nuestros males y de cada una de nuestras aflictivas condiciones de vida infrahumana. Todos tenemos conocimiento de multitudes de comisiones que a lo largo de nuestra historia han venido a hacer estudios para dar solución a nuestros problemas, y todos sabemos que los resultados de todos estos estudios han sido la enunciación estadística de nuestros problemas como si se tratase de  grandes revelaciones, como si  no  fuesen factores reconocidos   hasta   por   los   más   incivilizados  de   nuestros habitantes. Pero, de soluciones hasta el momento no se ha podido apreciar nada. Si contabilizásemos todas las partidas económicas que se han gastado en esas comisiones de estudios, podríamos comprobar que se ha gastado mucho más de el dinero que necesitamos para la solución de nuestros problemas.

Ultimamente nuestro pueblo está sufriendo la más crítica situación económica. El espejismo socio-político de la afluencia de funcionarios bien remunerados que vienen de la capital a nuestra región nos da la idea nacional de que «El Dorado» está en producción en la Amazonía, pero los loretanos angustiados por la crisis de fuentes de trabajo particular, y por la paralización de la oferta y la demanda, están emigrando hacia la capital y otros sectores en busca de una incierta supervivencia. Absurda y paradójica realidad amazónica. Y como si esto fuera poco la inclemencia de la naturaleza se ha cebado con nuestros ribereños – año tras año; acentuando más la crisis económica de los nuestros.

Bien lo sabe todo el mundo que nuestras gentes no son agricultores sino recolectores. No son industriales sino comerciantes. Se pregona una política industrial pero no se nos auspicia con las garantías suficientes para que tal política pueda realizarse. Aún no se han dado ni siquiera los elementales pasos de un incremento  de la producción y se nos aplican severas medidas de represión comercial, hasta el  grado de constituirse los organismos municipales en los competidores desleales – porque disponen de mecanismos que jamás estuvieron al alcance del pueblo para abaratar los productos – anulando simultáneamente las únicas fuentes de trabajo de que dispone el pueblo para defenderse de la miseria.

Se denuncia, censura y combate los altos costos de vida de la Amazonía, índice no igualado por ningún otro pueblo del Perú, y se toman medidas represivas que anulando la oferta y la demanda internacional, encarecen aún más nuestro nivel de vida, con el agravante de que a mayor encarecimiento de vida, menores recursos de trabajo para sobrevivir. Artículos de primera necesidad llegan a muy altos costos a más de que están racionados para el consumo del pueblo.

Observamos -por ejemplo – que en esta pugna de encarecimiento que afecta la economía popular, son las entidades oficiales las que propician – ignoramos si consciente o inconscientemente – el encarecimiento de las mismas, porque son ellas – las entidades estatales – las mayores consumidoras de los artículos más necesarios y que el comercio les entrega en orden prioritario, dejando al pueblo a expensas del azar, si es que pueden conseguir turnos de abastecimiento. El cemento a más de que no se consigue, cuando nos pueden vender por 5 unidades (como si con esa cantidad se podría establecer un órden de trabajo de construcción) es a precios que oscilan según la escasez pública entre los S/.80,oo y los S/.100,oo. No es que no llegue cemento, es que todo está reservado para las empresas estatales que son los directos competidores del pueblo y los que auspician con esta política el encarecimiento, la escasez y el desempleo. ¿Por qué los organismos oficiales no solucionan sus necesidades por vía oficial? Con la apertura de los trabajos petrolíferos las reservas de víveres de nuestra población han desaparecido. Puede observarse a vuelo de pájaro que nuestros problemas a más de graves tienen causas paradójicas. Decíamos arriba que estamos hastiados de que se señalen nuestros problemas porque los conocemos mejor que nadie. Lo que nunca se nos ha dicho es: «…éstas son las soluciones…». Por toda esta situación nos permitimos en esta ponencia ofrecer lo que a nuestro entender podrían ser las formas más apropiadas, no solamente de solución a nuestros problemas sino de asentar las bases para un desarrollo de grandeza económica para nuestra Amazonía, y, por ende, para el Perú.

1º -DESCENTRALIZACION ADMINISTRATIVA Y PROTECCION A LA INDUSTRIA DEPARTA-MENTAL.

Todo peruano sabe que es de indiscutible e inaplazable necesidad la descentralización administrativa de los poderes públicos para agilizar las tramitaciones legales de todas las actividades laborales, así como de la disponibilidad de las partidas presupuestales y de las recaudaciones departamentales.

La consecución de esta descentralización total no es suficiente – sin embargo – para garantizar el   éxito de un programa de desarrollo del Oriente (entiéndase Amazonía), concebido en el incremento de la industria y el comercio, porque las iniciativas regionales se verán lesionadas por la producción industrial de la capital, que siempre estará en condiciones de competir y triunfar por la ley de oferta y demanda, más los mecanismos legales que le favorecen a nivel nacional. La única forma de garantizar el desarrollo industrial de la Amazonía es mediante la dación de una ley especial para nuestra región (extensiva a las demás regiones) determinando la PROTECCION a la industria departamental o regional, que operará mediante un gravamen de un tanto por ciento de impuesto sobre todo aquello que ingrese a nuestra región, y que ya exista una empresa industrial que la está produciendo, de tal manera que el gravamen equilibre en el mercado de la oferta y la demanda a los artículos, impidiendo ser víctimas de la competencia desleal (causa de la quiebra industrial) por ofertas lesivas a la resistencia financiera de las nuevas e incipientes industrias que se desarrollen. Obviamente se comprenderá que lo recaudado por este impuesto será para la renta fiscal departamental, que con la descentralización administrativa, irá a fomentar los fondos para el desarrollo. Es fácil deducir  – a su vez – que esta medida será el más efectivo estímulo para que los mismos industriales nacionales abran sus industrias subsidiarias en la región, con el consiguiente resultado del incremento de los programas y de las fuentes de trabajo.

El clamor nacional de que es un derecho de la Amazonía el disponer de un porcentaje por la producción petrolífera de su sub-suelo nos permite considerar – desde ya – como un hecho cumplido, la disponibilidad de esa recaudación para que en forma descentralizada sirva para el incremento de los programas para el desarrollo de la Amazonía.

2º – EN LO COMERCIAL.

Siempre se argumentó que al comercio de la Amazonía sólo le interesaba obtener la liberación de importaciones, y que todos sus reclamos iban orientados hacia ese objetivo. Muchos en la costa aún creen que Iquitos fue puerto libre. Es lamentable que se ignore qué diferencia existe entre un «puerto  libre» y un puerto que pueda importar bajo un tratado comercial (Peruano-Colombiano de 1938) sometido a los aranceles instituidos en el mismo. Comprendemos las razones positivas del ideal del gobierno central que planifica el incremento de nuestra industria, y, por lo tanto, de nuestro comercio. Sin embargo, no nos explicamos por qué tenemos que ser los loretanos víctimas del encarecimiento del nivel de  vida que en forma violenta ha agravado nuestra situación, teniendo en cuenta que los programas de planificación para nuestra región son a largo plazo, y que nada se ha hecho para solucionar las necesidades inmediatas. Permítasenos mostrar – entre otros – estas irrisorias situaciones:

Las importaciones han sido reducidas al mínimo, y dentro de una vigilancia estricta con el respectivo pago de los derechos que corresponden a cada importación. Lo que se importa no abastece a las necesidades locales. Existe una ley en la cual se dice que está permitido llevar a la capital mercaderías hasta por un monto de S/.20.000,oo. Esta ley – a pesar de haber sido puesta en vigencia en las épocas en que estaban permitidas las importaciones – y que su operancia se hacía necesaria dadas las circunstancias  del  incremento del turismo por esa misma razón, hoy – que no hay nada que llevar porque está prohibida la importación – y que sigue vigente la ley, no se nos permite llevar a la capital los artículos de aseo personal, y se nos trata como contrabandistas – indiscriminadamente – registrando nuestros equipajes, fichándonos con boletas de control de viajes, en las cuales tenemos que declarar cuántas veces viajamos, si llevamos artículos nuevos o no, intimidándonos con esto hasta el temor de renovar nuestro vestuario anual. Es inexplicable que los loretanos – exclusivamente los loretanos – tengamos que presenciar todos los días la humillante escena que tienen que experimentar nuestras mujeres y nosotros mismos al enviar encomiendas a nuestros familiares por medio de la compañía Faucet, donde un agente de aduana se comporta como esbirro de la Inquisición, ordenando desconsideradamente abrir y revolver canastas y cajas que sólo contienen los tradicionales productos alimenticios que los loretanos con un digno orgullo no han olvidado dentro de sus costumbres alimenticias, a pesar de vivir en la capital. ¿Es posible que existiendo una ley que nos autoriza a llevar S/.20.000,oo de artículos importados, se nos humille por llevar nuestra producción regional?. ¿Es que no somos también peruanos? ¿O es que se nos considera otro país?

Es de sentido común comprender que al impedírsenos abastecernos por la libre oferta y demanda del exterior, sin un auspicio previo del desarrollo regional, se nos condiciona a una mayor dependencia del centralismo de la capital, obligándonos con ello a pagar cualquier precio – esté o no esté a nuestro alcance – por los artículos de primera necesidad que con gotero nos lo proporcionan. Se argumenta que las dificultades del transporte encarecen la mayor parte de estos artículos, y – en realidad – esa es la verdad. Pero es inexplicable – por ejemplo – que sólo cuando se trata de mostrarnos la bondad oficial se pongan a servicio del transporte público los aviones con bajo costo de fletes, nos referimos a los «Hércules», o que no se haya pensado y efectuado la construcción de un ferrocarril (a Diesel) que empalmando a La Oroya, una a Lima con Pucallpa, permitiéndonos un costo de fletes entre Lima y Pucallpa de un 80% más barato del que se obtiene por la vía carreteable, con la consiguiente agilización del transporte de grandes volúmenes de mercancías, que permitiría – inclusive – la factibilidad de competencia en la capital de muchos de nuestros productos regionales por el alto costo de los fletes. Creemos que si se abaratan los transportes bajarán los costos del nivel de vida, y es obligación del gobierno disponer de los medios necesarios para conceder esta solución que es de justicia, y que no dudamos que el actual gobierno revolucionario que se ha caracterizado por destruir a los grupos interesados y opresores del pueblo, tome medidas inmediatas que permitan esta soluciones que tan fácilmente pueden obtenerse.

TRATADO COMERCIAL CON LA REPUBLICA DEL BRASIL.

Considerando que la comercialización en cualquier programa de desarrollo industrial que se realice en la Amazonía, tendrá en un principio un alto costo de producción por la deficiencia técnica del personal obrero, por las elevadas inversiones que requiere adaptar una zona primitiva a condiciones aprovechables de producción; baja producción inicial y otros factores que recargados con los fletes fluviales y terrestres hasta los mercados de consumo de la costa, resultaría incapaz nuestra producción para competir con la oferta y demanda de otras zonas más cercanas y de producción similar, es necesario pensar en mercados del exterior por la vía amazónica. Tampoco podemos pensar en las llamadas «zonas de saturación poblacional» de la sierra como mercado para nuestra producción, por cuanto ni son un mercado competitivo, ni existen vías de comunicación que favorezcan tal integración. Todos estos factores que son de incuestionable realidad determinan la necesidad de pensar en la comercialización de nuestra programación industrial, por la vía de exportación a los mercados internacionales. El transporte por el río Amazonas a los centros de consumo de Norteamérica, Europa y otros países del Atlántico es una vía que no requiere inversiones y que está a nuestros alcance como objetivo inmediato de cualquier programación industrial, con la consecuente atracción de divisas tan necesarias para nuestro país.

El Brasil se constituye para nosotros en el más cercano y favorable mercado puesto que a más de ser país fronterizo nos presenta la factibilidad directa de penetración comercial a la zona amazónica en las  embarcaciones de nuestros pequeños comerciantes (regatones) que a la vez que asegurarían la venta de nuestra industria, encontrarían un medio estable de subsistencia. El Brasil ha desarrollado con anticipación – desde hace ya tiempo – una serie de programas de planificación y de estudios de la viabilidad del desarrollo agropecuario e industrial de su zona amazónica que bien puede servirnos como asesoría técnica que nos permitiría ahorrar tiempo y dinero en estudios sobre nuestra zona, agilizando los programas de planificación del desarrollo de la Amazonía peruana. Por estos factores creemos que es de imperiosa necesidad la celebración de UN TRATADO COMERCIAL CON LA REPUBLICA DEL BRASIL, que permitiría asegurar simultáneamente, la estrategia militar y política del Perú.

3º – VIAS DE COMUNICACION – FACTOR DECISIVO PARA EL TURISMO.

Las consecutivas crecientes de los ríos de la hoya amazónica son la demostración contundente de que toda programación agrícola basada en el aprovechamiento de las zonas bajas marginales de los grandes ríos son a más de inciertas, inestables. Por lo que creemos que sólo en las zonas altas, alejadas de los ríos, podrán planificarse en forma estable y consecutiva, los programas agrícolas y ganaderos básicos para la industrialización. Esto supone la apertura de vías de comunicación   entre unos pueblos con otros. Hemos venido insistiendo en que las vías férreas son las mas convenientes para la Amazonía. Muchos ciudadanos que padecen de psicosis modernista piensan que esto es muy anticuado, y que eso no es progresar. Pero si hacemos un estudio imparcial, veraz, sin las presiones interesadas de los grandes consorcios de constructores de carreteras o de las industrias ensambladoras de vehículos de ese ramo, comprobaremos que es más costoso el mantenimiento de estas carreteras que su misma construcción, dadas las características de nuestro suelo amazónico por la constante erosión que las afecta, debido al elevado índice de pluviosidad de la región.

Si a esto acompañamos el caprichoso costo de fletes que establecen los conductores de vehículos en las zonas inmediatas (compruébese cuánto tiene que pagar el campesino que se transporta de Quistococha a Iquitos con unos cuantos atados de yuca) para llevar a los mercados sus productos, a más del azaroso itinerario de servicios, ya que viajan cuando pueden y no cuando quieren, y que, si a esta realidad la proyectamos a las grandes distancias que lógicamente tendrán las carreteras, veremos que el sistema de carreteras es el menos indicado para abaratar los productos de la chacra.

Hemos insistido en la vías férreas por todas estas razones, y hemos indicado el tren a vapor como uso inicial, porque consideramos que el estado debe proporcionar, tanto al hombre de las ciudades  como al campesino más apartado de los centros de civilización, las fuentes de trabajo y los estímulos necesarios para su evolución socio-económica. Con el tren a vapor, utilizando la leña como combustible, daríamos oportunidad a todos los campesinos y colonos que habitan las márgenes de la vía férrea a que encuentren – con la venta de la leña – el sustento diario a la vez que los irá aferrando al terruño, les permitirá – también – transformar sus terrenos enmarañados en claros pastizales o en frondosas zonas frutales, o de diversos usos agrícolas y pecuarios. Transformaciones estas que son las etapas iniciales en toda programación agro-industrial.

Más tarde cuando los terrenos hayan sido transformados y aprovechados, podrá suplirse el tren a vapor por los de Diesel y hasta se justificará – a su debido tiempo – la construcción de las tan anheladas carreteras. Los grandes países industrializados y ricos son la demostración palpable del proceso evolutivo de su sistema de transformación, y ellos – a más de que iniciaron su proceso con las vías férreas –  a pesar del gran avance de carreteras y autopistas jamás han descuidado ni han abandonado los sistemas ferroviarios. Debemos aprender de la historia de los pueblos las más provechosas lecciones para el progreso de nuestra Amazonía.

Consideramos que a más de permitirnos fletes de bajos costos, será este sistema un mayor atractivo para el turismo, y  que podrá ofrecerse a los turistas vagones especiales con comodidades para viajes largos, y no como en el presente que tienen que transportarse por tierra o por agua en condiciones inclementes e incómodas, que antes de ser una atracción turística se constituye en una aventura desagradable.

Creemos – así  mismo – que el gobierno no tendría mucho que invertir en una empresa como ésta, pues dispone de las locomotoras y de los rieles que están abandonados en las zonas de la sierra y la costa, y que sólo tendría que transportarlas por barco hasta Iquitos.

Creemos -así mismo – que el gobierno podría construir otra línea férrea que partiendo de La Oroya a Pucallpa proyectase un desvío desde la zona del Aguaitía en un trazado marginal a la frontera con el Brasil, uniendo los extremos fronterizos de Puerto Maldonado a Caballo Cocha, con ramales y terminales  intermedios a Contamana, Dos de Mayo, Requena, frente a Iquitos sobre el río Amazonas y otros terminales en el Yavarí y la frontera con el Brasil, que permitirían el empalme con la red de carreteras del Brasil, para asegurar una futura integración comercial peruano-brasilera. Esta sería la verdadera conquista de la Amazonía, que unida a los programas de vías de comunicación en la ceja de montaña al oeste del Amazonas, son los anhelos progresistas de todos los amazónicos que – si el gobierno central nos apoya – se constituirá en la realidad de la grandeza de nuestra Amazonía y del país.

4º – COLONIZACION.

Para un amazónico regionalista como yo, es vergonzoso reconocer que el 80% de nuestra población carece de los factores psico-cívico-culturales que le permitan integrarse con positividad al plan de desarrollo del Oriente (de la Amazonía). No deseamos señalar a los  culpables de esta realidad amazónica porque no es el momento de hacer cargos, sino más bien el de rectificar errores. No es el momento de reprochar sino de trabajar para la grandeza de nuestra Amazonía. Comprendemos que los esfuerzos educativos que se están desarrollando en el presente sólo darán sus verdaderos frutos a una o dos generaciones vistas. Creemos – sin embargo – que si aprovechamos algunas de las características de la idiosincrasia amazónica como son la envidia y la imitación, y si colocamos junto a nuestros indolentes nativos a colonos progresistas y ávidos de superación socio-económica, veremos que en un menor tiempo se transformará la molicie en diligencia constructiva, que, respaldada por el lento proceso educacional, cimentará – finalmente – una nueva idiosincrasia amazónica.

La colonización de nuestra Amazonía es de vital importancia, si se desea una transformación a corto plazo de los recursos naturales pre-industrializables. Opinamos que se debe traer tanto colonos nacionales como extranjeros. Es absurdo que nuestros peruanos estén peleando por metros más o menos de tierra en la costa y en la sierra, cuando acá tenemos millones de kilómetros que están esperando poseedores. Esta colonización debe ser auspiciada con financiación amplia y bien planificada. En el caso de colonos extranjeros deberá condicionarse – con contratos especiales – indicando específicamente en los contratos que sólo podrán dedicarse a la labor para la que fueron contratados, evitando así las desdichadas experiencias del pasado, de colonos hoy transformados en comerciantes, industriales y banqueros.

5º – SALUBRIDAD.

La efectividad de los programas a desarrollar en la Amazonía, ya  sea en la explotación de petróleos o en los demás planes de industria y comercio, está sometida al cumplimiento exitoso siempre y cuando que las autoridades en planificación contemplen la realidad de la insalubridad de la naturaleza amazónica. Si bien es cierto que un rubro de gran atención en el presupuesto es el mantenimiento de la maquinaria pesada y esto es obligatorio en la explotación petrolera y otros, es mucho más importante, puesto que de ello depende el éxito, el cuidado minucioso y sistemático del equipo humano, porque si las máquinas se dañan, el trabajador es más delicado y susceptible de ser atacado por la inclemencia del medio-ambiente. Si no se toman medidas preventivas de sanidad, no se podrá culminar con éxito ningún trabajo que se efectúe por el progreso de la Amazonía.

¿Qué harían las empresas petroleras con dos o tres mil obreros atacados de fiebre amarilla, de malaria o de la tan fatídica hepatitis?. La ciencia médica aún no conoce qué causa la hepatitis y por tanto, ignora cómo debe tratarse esta enfermedad.

Son muchos los problemas de salubridad que tenemos que afrontar en la Amazonía. Por eso creemos que debe establecerse núcleos de sanidad con equipos de médicos, con instrumental adecuado, con especialistas en número suficiente para la investigación, prevención y erradicación de todos estos males epidémicos. Creemos que los médicos deben gozar de tan buenas remuneraciones como el resto del personal de profesionales que viene a trabajar en nuestra Amazonía.

Para concluir, sabemos que todos los anhelos de realización de la planificación del desarrollo de la Amazonía, está sometida a las posibilidades financieras de nuestro país. Y sabemos -así mismo- que los países pobres y sub-desarrollados como el nuestro que, arrastran del pasado incontables fallas de planificación y administración, y de déficit presupuestal que lo predispuso a la financiación externa del mismo, obligándonos a buscar angustiosamente consecutivas refinanciaciones anuales de nuestra deuda externa, como única solución a la financiación de nuestro presupuesto y viéndonos -así mismo- en la necesidad de hipotecar aún más las reservas explotables y el potencial productivo de la ciudadanía, para obtener nuevos empréstitos que nos permitan la financiación de nuevos programas a desarrollar en la esperanza de producir el equilibrio de la balanza de pagos.

Nuestro sentir que es el sentimiento masivo regional, comprende esta desdichada realidad de que somos un pueblo que por culpa de los malos gobernantes del pasado, hoy tenemos hipotecadas nuestras reservas explotables, así como nuestras propias cabezas, pero somos un pueblo que sí constatamos que estos nuevos empréstitos llegan efectivamente a solucionar las necesidades ciudadanas, por financiación real de su programas de desarrollo, y no como antaño que esos empréstitos que comprometían las reservas nacionales se transformaban en más impuestos a pagar, por un capital extranjero del cual el pueblo no había recibido ningún beneficio, somos un pueblo -repito- que hoy está dispuesto a comprometer su propia vida para dar cumplimiento a toda deuda externa honestamente aplicada así.

Por esta razón, interpretando rectamente la actitud del actual gobierno que acude a escuchar la voz del pueblo, representado por sus funcionarios, ante este Seminario sobre el «Plan de Desarrollo del Oriente», efectuado precisamente a breves días de haberse obtenido un nuevo empréstito en París, jubilosamente festejado por el pueblo peruano, yo que creo interpretar la voz masiva de la Amazonía peruana solicito a los honorables representantes del gobierno aquí presentes, que lleven el pedido al gobierno central de que, por ser Loreto y los departamentos comprendidos en la Amazonía más de la mitad del territorio patrio, y por ser ésta la zona más necesitada del país y las que aún tienen en sus entrañas todas sus riquezas para respaldar el futuro del Perú, se apropie al Oriente (Amazonía) una partida del 20% de todo empréstito conseguido, y a conseguir, para garantizar su desarrollo general, fundamentada esta solicitud en aquellas alocuciones latinas: «La voluntad del pueblo es ley….La voz del pueblo es la voz de Dios».

Claudio J. Cedeño Araujo

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